NALGAS
DE FUNCIONARIO A LA MODA
INGREDIENTES
- Unas nalgas de funcionario de unos 2 Kg. de peso aproximadamente.
- Un buen trozo de tocino de veta para mechar.
- 300 cc de vino blanco común.
- 100 cc de brandy corriente.
- 2 cebollas grandes
- Un trozo de mantequilla.
- Un ramillete de hierbas aromáticas secas.
- 500 cc de caldo de cubitos.
- 3 zanahorias, cebollitas francesas.
- Clavo, pimienta, sal gruesa.
COMO HACERSE SIN
RIESGO CON UNAS NALGAS DE FUNCIONARIO
Hay dos elementos
claramente representativos de la idea de funcionario público, uno es
la ventanilla, que ahora se trata de sustituir por mostradores que no
atiende nadie porque siempre están tomando el café de media mañana
porque por la tarde no trabaja la administración; o en el colmo de
la sofisticación por la llamada ventanilla única en la que
supuestamente se pueden realizar todas las gestiones sin pérdida de
tiempo de ventanilla en ventanilla, lo que hacen en realidad es crear
una nueva ventanilla que no evita ninguna de las ya existentes; o por
líneas trazadas en el suelo que en teoría pretenden preservar la
reserva de nuestras gestiones en el mostrador o en la ventanilla.
Cuando en realidad de lo único que se persigue es precisamente
mantenernos a raya. Hecha esta acotación necesaria para la mejor
comprensión del método que debe ser empleado para obtener el
ingrediente principal de la receta. La ventanilla nos podría sugerir
una manera limpia y eficaz para conseguir la cabeza del funcionario,
pero implementar en una oficina administrativa una guillotina no es
fácil, siendo así que la parte que nos interesa son las nalgas y no
es imaginable que un probo funcionario asome el trasero por la
ventanilla. Hay que inclinarse por otro elemento claramente
representativo del funcionario y perfectamente ajustado a mis
requerimientos, la silla o poltrona.
Interior día, una
jornada cualquiera que no sea puente, ni festividad local, ni semana
santa, ni Navidad, ni haya ningún partido de fútbol de
trascendencia histórica.
Un negociado
cualquiera, de cualquier ayuntamiento, comunidad autónoma,
ministerio, federación deportiva, etc.
-- Mariano, está
ahí afuera un empleado de ebanistería Holmes, que dice que viene a
llevarse tu silla para arreglarla.
-- ¿Cómo para
arreglarla?, Si está impecable, como no sea para ponerle otras
ruedas, porque eso si estas se atascan un poco al girar.
-- Pues será eso,
lo mandan los de mantenimiento.
-- Bueno pues que
pase......
-- Buenos días, me
envían de mantenimiento para llevarme a reparar una silla que no le
giran bien las ruedas, le traigo otra similar mientras le reparamos
la suya.
-- ¿Y tardara mucho
eso?, Porque ustedes los chapucillas saben cuando empiezan pero no
cuando terminan.
-- Que me va a
contar a mí que he sido funcionario aficionado.
-- Menos burla y
proceda ¡eh!
El operario de la
ebanistería Holmes como ya habrán deducido se trata de un sicario
contratado al efecto para ayudar en la consecución del elemento
principal de esta receta.
Entrega al
funcionario Mariano una silla idéntica a la suya mientras
supuestamente repara las ruedas de la autentica. Copia idéntica
mejorada de ebanistería Holmes y dotada de compartimento secreto
para la obtención, recepción y mantenimiento de órganos a
temperatura de conservación entre 0-5 Cº
En los talleres
donde ha sido amañada, el asiento ha sido sustituido por unas
cuchillas metálicas en forma, que cerradas figuran el asiento de la
silla y si se abren durante unos segundos asemejan una boca terrible
o el diafragma de una cámara fotográfica.
Un mecanismo
interior los vuelve a cerrar al instante con la mala fortuna eso sí,
de que si en ese lapso algo queda por debajo del nivel del asiento
será cercenado sin remedio. Bueno pues ese segundo es el tiempo
necesario; calculado mediante prueba efectuada con una sandia, para
rebanar justamente las nalgas del funcionario, eso no es todo; he
querido, por las peculiaridades de esta receta y su posterior
desenlace dar una oportunidad al probo empleado público y he dotado
el mecanismo de cierre y apertura de la boca dentada de la silla de
un sensor de tiempo ajustado a cuatro horas, de modo que si el sujeto
no llega a estar más de cuatro horas, nunca conseguiré sus nalgas.
Puesto que si está sentado tres horas y cincuenta y nueve minutos y
se levanta antes de ese fatídico último minuto el reloj se pondrá
a cero y comenzara de nuevo la cuenta de las cuatro horas.
Mariano le ha
preguntado al operario de ebanistería Holmes por el tiempo necesario
para llevar a cabo la reparación y para que se vea la elegancia del
juego limpio este ha recibido instrucciones para indicarle que...
-- Para mañana a
primera hora tendrá la suya reparada.
-- A ver si es
cierto, porque no hay silla como la de uno.
-- Y usted que lo
diga.
Esta conversación
tenía lugar a las nueve de la mañana y la jornada de Mariano empezó
a las ocho. Por tanto, para que mi plan pueda cumplirse el interfecto
debe hacer honor a su clase y pasar cuatro horas entre las nueve y
cuarto que registra el sensor la primera sentada y las tres y cuarto
hora de terminar su jornada laboral de siete horas y cuarto.
Dado que a la mañana
siguiente debemos, en teoría entregar la silla con las ruedas
reparadas para que se deslice a gusto por la oficina sin levantar el
trasero de ella, solo dispongo de una jornada para conseguir la
presa.
A continuación
sigue la descripción de las actividades de Mariano hasta que se
produce el fatal desenlace para sus nalgas, a las nueve y cuarto
primera sentada, a la vista de alguien que se acerca a su mostrador
se levanta, a las nueve y veinticinco, siguiente registro del sensor
a las diez y cuatro minutos se mantiene en su sitio hasta las diez y
veinticinco en que se levanta (posteriores comprobaciones lo sitúan
en el retrete con su ejemplar de MARCA desplegado mientras caga)
culmina con tranquilidad la lectura de la prensa deportiva y el
sensor vuelve a registrar su asentamiento a las diez y cincuenta
minutos casi al límite del tiempo para conseguir el producto nalgas.
Nuestro buen
funcionario dispone ahora de cuatro horas y veinticinco minutos para
levantarse o sentarse pero yo apuesto por que una vez que ha
desarrollado sus ocupaciones habituales no moverá el culo del
asiento y que como máximo se deslizara en su silla por la oficina
sin que nada consiga levantarlo de su asiento.
Así que el tiempo
transcurre y a las dos y cincuenta minutos el mecanismo que abre las
cuchillas funciona, las nalgas del sujeto traspasan los bordes de la
silla las hojas de acero a modo de enormes y afilados dientes se
cierran tras un segundo obteniendo así la pieza que cae en el
compartimiento diseñado al efecto. El funcionario salta como
impulsado por un resorte de la silla pero eso sí sin sus nalgas.
Transido de dolor y
presa de una gran agitación Mariano no se percata de lo que le ha
ocurrido y no percibe al sicario que entra con premura en la oficina
se hace cargo de la silla y abandona la siniestra oficina
PREPARACIÓN DE LA
RECETA Y DESENLACE
Mechar con el tocino
de veta las nalgas
Adobar con parte de
las especias y el perejil picado
Sazonar con sal y
pimienta y envolver en una red de asados
Las doramos en una
cazuela amplia
Agregamos los 300 cc
de vino blanco común y los 100 cc de brandy
Tapamos la cazuela y
la introducimos en el horno a 200º hasta reducir él liquido a la
mitad
Añadimos la cebolla
trinchada, las zanahorias, el ramillete de aromáticos y el clavo
Verter el medio
litro de caldo de cubito
Tapar y dejar cocer
lentamente
A la hora y media
añadir las cebollitas francesas y al horno media hora más
Al cabo de ese
tiempo pinchamos con una aguja para probar el punto de cocción
Si es el correcto
sacamos la cazuela del horno
Disponemos las
nalgas sobre una bandeja de aluminio de usar y tirar, colocamos las
cebollitas alrededor. Trituramos el fondo el fondo de verduras, lo
colamos y se liga con un poco de mantequilla.
Salseamos las nalgas
de funcionario y dando el plato por terminado lo arrojamos a una
trituradora de residuos orgánicos homologada marca LOWERBRAU.
Adiós al
funcionario.