martes, 28 de junio de 2016

Nalgas de Funcionario a la Moda.Recetario de Humanos.El viejo almacén de libros.Antonio Domínguez Caamaño

NALGAS DE FUNCIONARIO A LA MODA

INGREDIENTES
  • Unas nalgas de funcionario de unos 2 Kg. de peso aproximadamente.
  • Un buen trozo de tocino de veta para mechar.
  • 300 cc de vino blanco común.
  • 100 cc de brandy corriente.
  • 2 cebollas grandes
  • Un trozo de mantequilla.
  • Un ramillete de hierbas aromáticas secas.
  • 500 cc de caldo de cubitos.
  • 3 zanahorias, cebollitas francesas.
  • Clavo, pimienta, sal gruesa.

COMO HACERSE SIN RIESGO CON UNAS NALGAS DE FUNCIONARIO
Hay dos elementos claramente representativos de la idea de funcionario público, uno es la ventanilla, que ahora se trata de sustituir por mostradores que no atiende nadie porque siempre están tomando el café de media mañana porque por la tarde no trabaja la administración; o en el colmo de la sofisticación por la llamada ventanilla única en la que supuestamente se pueden realizar todas las gestiones sin pérdida de tiempo de ventanilla en ventanilla, lo que hacen en realidad es crear una nueva ventanilla que no evita ninguna de las ya existentes; o por líneas trazadas en el suelo que en teoría pretenden preservar la reserva de nuestras gestiones en el mostrador o en la ventanilla. Cuando en realidad de lo único que se persigue es precisamente mantenernos a raya. Hecha esta acotación necesaria para la mejor comprensión del método que debe ser empleado para obtener el ingrediente principal de la receta. La ventanilla nos podría sugerir una manera limpia y eficaz para conseguir la cabeza del funcionario, pero implementar en una oficina administrativa una guillotina no es fácil, siendo así que la parte que nos interesa son las nalgas y no es imaginable que un probo funcionario asome el trasero por la ventanilla. Hay que inclinarse por otro elemento claramente representativo del funcionario y perfectamente ajustado a mis requerimientos, la silla o poltrona.
Interior día, una jornada cualquiera que no sea puente, ni festividad local, ni semana santa, ni Navidad, ni haya ningún partido de fútbol de trascendencia histórica.
Un negociado cualquiera, de cualquier ayuntamiento, comunidad autónoma, ministerio, federación deportiva, etc.
-- Mariano, está ahí afuera un empleado de ebanistería Holmes, que dice que viene a llevarse tu silla para arreglarla.
-- ¿Cómo para arreglarla?, Si está impecable, como no sea para ponerle otras ruedas, porque eso si estas se atascan un poco al girar.
-- Pues será eso, lo mandan los de mantenimiento.
-- Bueno pues que pase......
-- Buenos días, me envían de mantenimiento para llevarme a reparar una silla que no le giran bien las ruedas, le traigo otra similar mientras le reparamos la suya.
-- ¿Y tardara mucho eso?, Porque ustedes los chapucillas saben cuando empiezan pero no cuando terminan.
-- Que me va a contar a mí que he sido funcionario aficionado.
-- Menos burla y proceda ¡eh!
El operario de la ebanistería Holmes como ya habrán deducido se trata de un sicario contratado al efecto para ayudar en la consecución del elemento principal de esta receta.
Entrega al funcionario Mariano una silla idéntica a la suya mientras supuestamente repara las ruedas de la autentica. Copia idéntica mejorada de ebanistería Holmes y dotada de compartimento secreto para la obtención, recepción y mantenimiento de órganos a temperatura de conservación entre 0-5 Cº
En los talleres donde ha sido amañada, el asiento ha sido sustituido por unas cuchillas metálicas en forma, que cerradas figuran el asiento de la silla y si se abren durante unos segundos asemejan una boca terrible o el diafragma de una cámara fotográfica.
Un mecanismo interior los vuelve a cerrar al instante con la mala fortuna eso sí, de que si en ese lapso algo queda por debajo del nivel del asiento será cercenado sin remedio. Bueno pues ese segundo es el tiempo necesario; calculado mediante prueba efectuada con una sandia, para rebanar justamente las nalgas del funcionario, eso no es todo; he querido, por las peculiaridades de esta receta y su posterior desenlace dar una oportunidad al probo empleado público y he dotado el mecanismo de cierre y apertura de la boca dentada de la silla de un sensor de tiempo ajustado a cuatro horas, de modo que si el sujeto no llega a estar más de cuatro horas, nunca conseguiré sus nalgas. Puesto que si está sentado tres horas y cincuenta y nueve minutos y se levanta antes de ese fatídico último minuto el reloj se pondrá a cero y comenzara de nuevo la cuenta de las cuatro horas.
Mariano le ha preguntado al operario de ebanistería Holmes por el tiempo necesario para llevar a cabo la reparación y para que se vea la elegancia del juego limpio este ha recibido instrucciones para indicarle que...
-- Para mañana a primera hora tendrá la suya reparada.
-- A ver si es cierto, porque no hay silla como la de uno.
-- Y usted que lo diga.
Esta conversación tenía lugar a las nueve de la mañana y la jornada de Mariano empezó a las ocho. Por tanto, para que mi plan pueda cumplirse el interfecto debe hacer honor a su clase y pasar cuatro horas entre las nueve y cuarto que registra el sensor la primera sentada y las tres y cuarto hora de terminar su jornada laboral de siete horas y cuarto.
Dado que a la mañana siguiente debemos, en teoría entregar la silla con las ruedas reparadas para que se deslice a gusto por la oficina sin levantar el trasero de ella, solo dispongo de una jornada para conseguir la presa.
A continuación sigue la descripción de las actividades de Mariano hasta que se produce el fatal desenlace para sus nalgas, a las nueve y cuarto primera sentada, a la vista de alguien que se acerca a su mostrador se levanta, a las nueve y veinticinco, siguiente registro del sensor a las diez y cuatro minutos se mantiene en su sitio hasta las diez y veinticinco en que se levanta (posteriores comprobaciones lo sitúan en el retrete con su ejemplar de MARCA desplegado mientras caga) culmina con tranquilidad la lectura de la prensa deportiva y el sensor vuelve a registrar su asentamiento a las diez y cincuenta minutos casi al límite del tiempo para conseguir el producto nalgas.
Nuestro buen funcionario dispone ahora de cuatro horas y veinticinco minutos para levantarse o sentarse pero yo apuesto por que una vez que ha desarrollado sus ocupaciones habituales no moverá el culo del asiento y que como máximo se deslizara en su silla por la oficina sin que nada consiga levantarlo de su asiento.
Así que el tiempo transcurre y a las dos y cincuenta minutos el mecanismo que abre las cuchillas funciona, las nalgas del sujeto traspasan los bordes de la silla las hojas de acero a modo de enormes y afilados dientes se cierran tras un segundo obteniendo así la pieza que cae en el compartimiento diseñado al efecto. El funcionario salta como impulsado por un resorte de la silla pero eso sí sin sus nalgas.
Transido de dolor y presa de una gran agitación Mariano no se percata de lo que le ha ocurrido y no percibe al sicario que entra con premura en la oficina se hace cargo de la silla y abandona la siniestra oficina
PREPARACIÓN DE LA RECETA Y DESENLACE
Mechar con el tocino de veta las nalgas
Adobar con parte de las especias y el perejil picado
Sazonar con sal y pimienta y envolver en una red de asados
Las doramos en una cazuela amplia
Agregamos los 300 cc de vino blanco común y los 100 cc de brandy
Tapamos la cazuela y la introducimos en el horno a 200º hasta reducir él liquido a la mitad
Añadimos la cebolla trinchada, las zanahorias, el ramillete de aromáticos y el clavo
Verter el medio litro de caldo de cubito
Tapar y dejar cocer lentamente
A la hora y media añadir las cebollitas francesas y al horno media hora más
Al cabo de ese tiempo pinchamos con una aguja para probar el punto de cocción
Si es el correcto sacamos la cazuela del horno
Disponemos las nalgas sobre una bandeja de aluminio de usar y tirar, colocamos las cebollitas alrededor. Trituramos el fondo el fondo de verduras, lo colamos y se liga con un poco de mantequilla.
Salseamos las nalgas de funcionario y dando el plato por terminado lo arrojamos a una trituradora de residuos orgánicos homologada marca LOWERBRAU.
Adiós al funcionario.